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jueves, 23 de febrero de 2017

Dificultades en el lenguaje: las dislalias

El lenguaje oral es nuestra herramienta para comunicarnos, sin embargo, a veces puede fallar por la aparición de trastornos como las dislalias, la dislexia (trastorno del aprendizaje de la lecto-escritura al confundirse o alterarse el orden de letras, sílabas o palabras) o la tartamudez (trastorno del habla, permanente o temporal, caracterizado por las repeticiones e interrupciones involuntarias en la emisión de palabras que afecta a la fluidez verbal).

En el siguiente artículo vamos a conocer a grandes rasgos todo lo relacionado con las dislalias, ya que este trastorno es muy frecuente en la etapa de infantil, el más conocido, el más fácil de identificar y el que tiene gran cantidad de consecuencias en los niños.


¿Qué son las dislalias?

Son alteraciones en la articulación de los fonemas, es decir, es la mala pronunciación de los fonemas. El niño con dislalia omite ciertos sonidos o los sustituye por otros de forma incorrecta.
Se detectan en los primeros años del niño y, aunque no son de gravedad, es conveniente corregirlas lo antes posible para evitar problemas de conducta y de comportamiento en los niños. Los niños que pronuncian mal son considerados “retrasados” por su entorno porque su lenguaje puede llegar a ser inteligible, por lo que afecta a su desarrollo afectivo.

La forma de hablar de los niños dislálicos puede ser imitada de forma ridícula y de burla por otros niños. Esto causa trastornos en la personalidad del niño, inseguridad, baja autoestima, problemas de comunicación con su entorno y dificultades o alteraciones en su aprendizaje escolar, sobre todo en la lecto-escritura.


¿Cuántos tipos existen?

  1. Dislalia evolutiva: El niño es incapaz de repetir por imitación las palabras que escucha y lo hace de forma incorrecta, distorsionando algunos fonemas porque no está preparado para pronunciarlos. 
  2. Dislalia audiógena: Es causada por una deficiencia auditiva. El sujeto que no oye bien no articula adecuadamente y confunde fonemas semejantes. 
  3. Dislalia orgánica: Puede ser de dos tipos: disartrias (alteración en la articulación de la palabra, debido a lesiones en el Sistema Nervioso Central. Se da principalmente en casos con Parálisis Cerebral) y disglosias (lesiones físicas o malformaciones de los órganos articulatorios periféricos del habla: labios, mandíbula, dientes, lengua y paladar). 
  4. Dislalia funcional: La articulación está alterada por un mal funcionamiento de los órganos articulatorios. No hay causas de tipo orgánico, pero el niño no usa correctamente los órganos al articular un fonema debido a: falta de control en la psicomotricidad fina de los órganos articulatorios (sobre todo de la lengua); déficit en la discriminación auditiva (el niño no diferencia y produce errores en la imitación oral); deficiencia intelectual



¿Qué tipo de errores hay?


  • Sustitución: El niño articula un fonema en lugar de otro. Cuando no puede articular bien un fonema lo reemplaza por otro conocido y fácil para producirlo. Otras veces se da un error en la percepción auditiva y el niño no discrimina los dos fonemas. Se da en cualquier posición de la palabra. Es el error más frecuente y difícil de corregir. Las sustituciones más frecuentes son /l,d,g,r/ en vez de /r fuerte/; txk; lxr; zxf; dxl; sxz; bxg.





  • Distorsión:
    El niño produce un sonido distorsionado e incorrecto debido a una posición errónea de los órganos articulatorios, a una falta de control del soplo respiratorio y a la falta de vibración de las cuerdas vocales. Se da en posición intervocálica.






  • Omisión: El niño no articula los fonemas que no domina, es decir, los omite. Se da a principio de palabra. 








  • Inserción:
    El niño introduce otro fonema para ayudarse en la articulación de otro más difícil. Se da en los sinfones.










Ante cualquier alteración vista anteriormente es necesario acudir a un especialista para hacerle una evaluación de su lenguaje y de las bases funcionales de la articulación (habilidad motora de los órganos articulatorios, soplo, respiración y discriminación auditiva). Tras los resultados obtenidos se determinará el tratamiento a seguir, el cual dependerá del origen del trastorno, que puede ser causado por malformaciones físicas (intervención médica) o retrasos fonológicos (intervención educativa).

Para finalizar decir que debemos de observar el lenguaje espontáneo de los niños, ya que es aquí donde el niño se expresa de manera natural sin ser consciente de los errores que comete. En definitiva nuestro objetivo es que el niño aprenda a articular los sonidos correctamente.


ROCÍO PLAZA RODRÍGUEZ
Logopeda Colegio Villalkor

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